En el café de los árboles bajo la luz de un candil que por luz desprendía, podría tranquilamente sustituir a la elecricidad en futuros malos tiempos. Marcos y Carlos hablaban y bebían. Marcos bebe lento, deja la copa sobre la mesa y habla.
-La policía estaría harta contenta, si te dignases a visitarlos-
-No puedo más que alegrarme de tanto interes por mi persona. Lamentablemente no podré complacer sus anhelos -
-Tarde o temprano acabarán encontrándote-
-bueno, ellos cobran por esa molestia y yo no obtengo beneficio alguno por la deferecia de ponerselo fácil-
-¿Pedimos otra copa antes de que apague el candil?-
-Pidamos, aunque no creo que la luz nos abandone está noche-
viernes, 5 de junio de 2009
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